jueves, 21 de noviembre de 2013

Murphy vs Ali

Siempre me he sentido cautivada y fascinada por Muhammad Ali.
No por el Ali que ganaba combates a base de KOs, si no el de los últimos años de su carrera.
Cualquier experto en boxeo, diría que no tengo ni idea sobre el deporte y que deliro.
Pero lo cierto, es que me quedaba maravillada viendo a ese púgil, que en un momento de su vida fue el rey, caer en picado y aún así resistir.
Durante su última época, ese hombre se mantenía firme asalto tras asalto. Recibía golpe tras golpe, como si de una estatua de hierro se tratara. Era la resistencia vs la técnica. Esperaba el agotamiento de su contrincante. Sabía que llegaría, sólo era cuestión de esperar...

Ahora soy yo la que está en el ring.
Es mi momento de luchar contra la mala suerte, el destino, Murphy o cómo quiera que se llame.
Me mantengo firme, recibiendo hostia tras hostia sin inmutarme. Incluso le sonrío mientras pienso, "no podrás agotar mi resistencia, ya te cansarás"...
Hasta que en un golpe, me agarra del cuello y me dice:
"Acabarás temblando frente a mí, como Muhammad lo hizo frente al Parkinson..."


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