Quiero caer pero no me dejan.
Cuándo creo que ya es hora de tocar suelo, de repente, aparece esa gente que me coge por la axilas y me eleva.
Hay abrazos físicos que saben a vacío, y hay palabras a distancia que tiran de ti y te izan como si fueses una bandera.
Y yo no quiero ondear, pero cuando miro hacia abajo y veo sus caras, sé que tengo que moverme...
Gracias por esa palabra a tiempo. Gracias por sacarme una sonrisa. Gracias por ser mis muletas cuando me fallan las piernas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario